No soy un brujo blanco

 En mis años de wiccano vi en compañeros del camino todo tipo de actitudes ante la magia. Wiccanos que como yo solo hacian magia benéfica y protectora y otros que no dudaban en devolver el daño provocado o incluso lanzarlo aún contradiciendo la Rede , "mientras a nadie dañes, haz tu voluntad".

No creo en los brujos blancos ni en los negros sino en el equilibrio

 Poco a poco mi actitud fue cambiando y me cansé de poner mi mejilla astral para recibir el daño de otros, era una postura que no iba conmigo. Fui partícipe de maldiciones y magia muy oscura, lanzada por gente que iba de bruja buena. Este fue uno de los motivos por los que me fui desencantado con la Wicca, el no poder responder cuando alguien actúa contra ti de mala fe, mágicamente hablando.  Existe mucha hipocresía en este mundillo magico-espiritual y es algo con lo que nunca podré lidiar. 

 Siempre he creído en el equilibrio y ya desde hace algún tiempo he vuelto a ser un brujo gris, ahora me siento mucho más consecuente con mis actos y pensamientos. Un brujo debería ser una persona sabia que sabe cuándo actuar y cuando no ya sea física o mágicamente, aunque tampoco es cuestión de maldecir a todo aquel que te cae mal.

 No soy un brujo blanco porque si lo fuera no podría defenderme de los ataques mágicos, físicos o verbales de otras personas y estaría siendo un pusilánime. Creo en la magia como herramienta de evolución y crecimiento pero también como un arma para calmar voces y apaciguar actitudes malignas ante nosotros.

 No creo en los brujos blancos ni en los negros sino en el equilibrio porque todos somos luz y oscuridad.

 Y tú, ¿pones la otra mejilla o respondes con fiereza cuando atacan a los tuyos?

2 comentarios:

  1. Yo creo que hacer daño y hacer justicia es diferente. En este sentido creo que adoptar un pensamiento maquiavelico, sin pasarse, es lo mejor. Claro que en la rede dice que "no se puede hacer daño a nadie" pero eso es objetivamente imposible y, ya que nosotros también entramos en la categoría de "nadie", debemos mirar siempre por nosotros antes que por los demás. Ser demasiado bueno también es hacer daño. Lo bueno y lo malo es subjetivo por lo tanto no es del todo real y lo que se busca no es ser bueno sino ser consecuente, humilde y respetuoso, con los demás y contigo mismo. Eso es lo que pienso yo.

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    1. En primer lugar hay que intentar ser justo con los demás y con uno mismo para después asumir las responsabilidades de los actos. Un saludo

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