Hace unos días me preguntaron si yo era uno de esos brujos que se dedican a realizar mil inciensos por segundo, crear velas con más colores que es espectro del arco iris y colgar multitud de fotos de esas creaciones en las redes sociales o si por el contrario llevaba una vida mundana. Ante un extremo y otro mi respuesta fue clara, llevo una vida mundana salvo que tengo mis ratos mágicos. Aunque aclaré a esa persona que esos brujos que realizan semejantes surtidos mágicos suelen ser "brujos profesionales" que después venden sus creaciones. (Aunque también hay mucho postureo en la redes, me incluyo dentro).
Ahora podría decirse que soy un brujo las 24 horas.

Cierto es que hay días en los que mis actividades paganas se reducen a 10 minutos y otros en las que pueden ocuparme gran parte de día o noche. Si me hubieran preguntado esto mismo hace 7 años cuando empecé en la Wicca mi respuesta habría sido muy distinta. Por aquel entonces me dedicaba tan solo a celebrar los pertinentes sabbats o esbats.
Cuando aprendes a mirar para adentro ya no miras con los ojos sino con el alma y es entonces cuando tu vida se vuelve realmente mágica.
Ahora estoy atento a las señales que recibo del universo y mi intuición está más a punto que nunca. Cuando aprendes a mirar para adentro ya no miras con los ojos sino con el alma y es entonces cuando tu vida se vuelve realmente mágica. Y esa es una de las metas de ser brujo, al menos una de las mías.
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